Las muertes de civiles en los primeros siete meses de 2010 aumentaron un 6% en comparación con el mismo período del año pasado, señaló el domingo la comisión de derechos humanos de Afganistán. El leve aumento sugiere que los esfuerzos de la OTAN y Estados Unidos por limitar el número de bajas civiles en la guerra contra el Talibán han tenido algo de éxito.
También el domingo, los cuerpos de 10 integrantes de un equipo médico internacional que llevaba tratamiento a zonas remotas del país fueron llevados en helicópteros a Kabul desde la provincia norteña de Badajsán, donde murieron baleados hace tres días a su regreso del operativo humanitario. Entre los fallecidos se encontraban seis estadounidenses, dos afganos, una alemana y una británica.
Las autoridades no habían revelado la identidad de la mayoría de los extranjeros asesinados. Entre ellos estaban Tom Little, un optometrista de Nueva York que había vivido en Afganistán unos 30 años, y la doctora Karen Woo, quien renunció a su trabajo en una clínica privada de Londres para realizar labores humanitarias en el país asiático.
