Niños mexicanos son contratados por bandas criminales para introducir droga a EU y conducir por el desierto a inmigrantes indocumentados de América Latina en su anhelo por llegar a suelo estadounidense. Así lo afirmaron informes oficiales y acusaciones de ONG divulgados este domingo.
El reporte precisa que los niños reciben pagas de unos 500 dólares semanales de las redes de traficantes de personas, polleros, o de las bandas de narcotráfico para pasar drogas a EU.
De acuerdo con un informe de la Cancillería mexicana sobre el fenómeno de la migración de niños “no acompañados”, durante el primer semestre de 2010 al menos 8 mil 340 fueron detenidos y repatriados de EU.
Del total, 261 (3.14%) reconocieron que migraron para traficar drogas y personas, una tendencia que va en aumento desde 2008.
El documento fue elaborado por la Dirección General de Protección a Mexicanos en el Exterior de la Cancillería, y precisó que en 2008 un total de 173 niños que fueron repatriados del vecino país dijeron haber migrado para traficar estupefacientes o para colaborar con las bandas dedicadas al tráfico de indocumentados.
Para 2009, indicó el informe, las autoridades norteamericanas repatriaron a 295 niños y adolescentes que aceptaron su participación en esas actividades ilícitas.
Activistas de ONG defensoras de los Derechos Humanos, que trabajan con niños migrantes en el norte de México, alertaron que las bandas de criminales los reclutan “ya sea por paga o bajo amenazas”.
Explicaron que la apuesta es que “si mueren en la operación su pérdida no afectará a la estructura o si son detenidos, los castigos son mínimos”.
El sacerdote católico Prisciliano Peraza, director del Centro Comunitario de Atención al Migrante Necesitado, en la población de Altar, de la fronteriza Sonora, reconoció el reclutamiento de niños de las bandas criminales. El sacerdote señaló que “se convierten en carne de cañón y el fenómeno es cada vez más frecuente”, porque los chicos “son reclutados por dinero en algunos casos, pero en otros son obligados bajo amenazas a cruzar de nuevo la frontera con remesas de droga”.
Uriel González, coordinador de casas de asistencia a Menores Migrantes ubicadas en las fronterizas ciudades de Tijuana, Agua Prieta, Piedras Negras y Ciudad Juárez, dijo que a lo largo de la frontera “es innegable el reclutamiento de menores” por parte del crimen organizado.
El fenómeno fue detectado en 2005, inicialmente en el área de Nogales y Agua Prieta, Sonora, pero esta misma forma de operación se ha expandido hacia Ciudad Juárez, Chihuahua, y a Tijuana, Baja California.

