El papa Benedicto XVI ignoró al nuevo presidente de Paraguay, Fernando Lugo, en su discurso al recibir ayer jueves a los obispos paraguayos que pusieron término a la visita ad límina.
Lugo, obispo y partidario de la teología de la liberación durante 30 años, fue restituido al estado laico por Benedicto XVI poco antes de asumir el gobierno al ser elegido por una coalición de centro izquierda.
El Papa invitó a los prelados a formar laicos capaces de empeñarse en la política y de luchar por la justicia social y los valores de la defensa de la vida y del matrimonio.
Señaló que “el mensaje cristiano, para poder llegar hasta el último rincón del mundo, necesita la colaboración indispensable de los fieles laicos”.
“Un aspecto significativo de la misión propia de los seglares es el servicio a la sociedad a través del ejercicio de la política”, afirmó.
“Hay que alentarles, por tanto, a que vivan con responsabilidad y dedicación esta importante dimensión de la caridad social, para que la comunidad humana de la que forman parte con todo derecho progrese en la justicia, en la honradez, en la defensa de los verdaderos y auténticos valores, como la salvaguarda de la vida humana, del matrimonio y de la familia, contribuyendo de esta manera al verdadero bien humano y espiritual de toda la sociedad”, manifestó.
Planteó la necesidad de un “vasto esfuerzo misionero frente a un ambiente cultural que intenta marginar a Dios de las personas y de la sociedad”.

