Las festividades con motivo de la Pascua católica continuaron ayer sábado de forma emotiva con la vigilia pascual en la Basílica de San Pedro, presidida por primera vez por el papa Benedicto XVI.
Durante la celebración se encendió el cirio pascual, símbolo de la resurrección de Jesús, en una basílica en penumbras. Se fueron prendiendo las velas de los fieles que asistieron al rito hasta que el templo quedó iluminado por los cirios.
"Esta es la gloria de la noche de Pascua. La resurrección no ha transcurrido, la resurrección echa mano de nosotros, nos conmueve. Nos aferramos al Señor resucitado, y sabemos: Él nos sostiene cuando nuestras manos se vuelven muy débiles", afirmó Benedicto XVI en su prédica.