LONDRES, Reino Unido (REUTERS). El presidente estadounidense, George W. Bush, anunció ayer miércoles una ofensiva diplomática para convencer a los líderes mundiales de que el gobernante iraquí, Sadam Husein, está engañando al mundo y desarrollando armas de exterminio masivo.
Poco antes de que Bush hiciera el anuncio, fuentes de la industria naviera dijeron que Estados Unidos planeaba embarcar tanques y vehículos blindados al Oriente Medio este mes, aumentando las posibilidades de un ataque militar contra Irak.
Sin embargo, Husein no pareció amilanado por las amenazas de guerra y la presión para que permita el regreso de los inspectores de armas, al reiterar que Irak quiere una solución a la crisis con Washington en el marco de las resoluciones de las Naciones Unidas.
Los precios del petróleo aumentaron ante las crecientes señales de que Washington está intensificando los preparativos para un ataque contra Irak. El crudo referencial Brent se cotizaba en la tarde con un alza de 50 centavos a 27.07 dólares por barril en la Bolsa Internacional de Petróleo, de Londres.
Bush, quien se reunió con dirigentes del Senado y la Cámara de Representantes en la Casa Blanca, también dijo que en el momento adecuado pedirá al Congreso aprobar cualquier medida que fuera necesaria para lidiar con la amenaza de Irak.
El mandatario dijo que se reunirá el sábado con el primer ministro británico, Tony Blair, en su retiro de descanso de Camp David para discutir la amenaza de Irak y conversará por teléfono con los líderes de China, Rusia y Francia. El lunes en Detroit se entrevistará con el primer ministro canadiense, Jean Chretien.
Primero recordaré a las Naciones Unidas que durante 11 años Sadam Husein ha eludido, ha esquivado, se ha salido de cualquier convenio que ha hecho para no desarrollar armas de exterminio masivo, dijo Bush a periodistas tras reunirse con dirigentes del Congreso para debatir el tema de Irak.
Y por eso instaré al mundo a que reconozca que él está engañando al mundo, agregó.
La Casa Blanca dijo que Bush aún no ha tomado una decisión sobre el uso de la fuerza militar para derrocar a Husein.
Los aliados estadounidenses, países musulmanes y muchas otras naciones se oponen a una acción unilateral, demandando un papel de la ONU en aclarar la capacidad y las intenciones de Irak y en autorizar cualquier ataque si ese esfuerzo fracasara.

