La aprobación personal del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, cayó al nivel más bajo desde que asumió, y sus posibilidades de reelección en los comicios de 2006 están comprometidas, según una encuesta divulgada ayer martes.
La encuesta, elaborada por el Instituto Sensus para la Confederación Nacional del Transporte (CNT), muestra que la evaluación del Gobierno y del Presidente se vieron afectadas por la crisis que generaron las denuncias de corrupción.
La aprobación del desempeño personal de Lula da Silva cayó en noviembre 3.3 puntos respecto de septiembre y se encuentra en 46.7%, mientras la desaprobación aumentó de 39.4% a 44.2%, según la investigación. Cuando Lula da Silva asumió, en enero de 2003, el 83.6% de los entrevistados por esta encuesta aprobaba al Presidente, y apenas el 6.8% lo desaprobaba.
La principal razón de la caída es la crisis política, ya que el 42.8% de los encuestados dijo creer que el Presidente participó del sistema de corrupción denunciado, frente al 41.3% que consideró que no tuvo participación.
La aprobación positiva del Gobierno en su conjunto cayó del 35.8% al 31.1%, mientras la negativa aumentó del 24% al 29%. Quienes consideraron al Gobierno regular pasaron del 38.2% en septiembre al 37.6% en noviembre.
Pese a la caída en la popularidad personal del Presidente y de su gobierno, mejoró ligeramente la evaluación del desempeño de la economía, al pasar del 34.9% al 35.3% quienes creen que está en el rumbo correcto.
"Lo positivo en la evaluación del Gobierno es la economía, con la generación de empleos, y una buena imagen de los programas sociales", dijo el director del Instituto Sensus, el sociólogo Ricardo Guedes.
En tanto, el líder de Fuerza Sindical y del opositor Partido Democrático Trabalhista en San Pablo, Paulo Pereira da Silva, afirma que la caída en el índice de aprobación del Gobierno y de Lula permite iniciar un proceso de juicio político contra el presidente brasileño por las denuncias de corrupción que enfrenta el oficialismo.

