La Cámara legislativa de Texas aprobó una ley contra los bailes demasiado sexy de las animadoras deportivas de los centros educativos, una muestra de hasta qué punto Estados Unidos vive bajo los dictados de la "ola de decencia".
Los legisladores de Texas no deben tener mucho que hacer estos días, ya que el pasado martes se enzarzaron en un debate, pompones incluidos, para decidir sobre el comportamiento de las animadoras que amenizan los encuentros deportivos estudiantiles.
La nueva medida, aprobada por 65 votos a favor y 56 en contra, propone dar autoridad al Departamento de Educación de Texas para decidir si las animadoras cumplen o no los estándares de "decencia" o, por el contrario, son demasiado descaradas.
La medida debe ser aprobada aún por el Senado estatal y luego por el gobernador texano, Rick Perry.
Al Edwards, el legislador del Partido Demócrata que propuso la medida, llegó a comparar incluso los numeritos de las animadoras con los sitios de pornografía en internet.
"¿Por qué vamos a permitir que chicas de 12, 13 ó 18 años sean explotadas de esta manera?", se preguntó.
No es la primera vez que Edwards causa polémica: en ocasiones anteriores sugirió cortar los dedos a los narcotraficantes y la emprendió contra las letras vulgares de la música pop, según informó ayer el diario Houston Chronicle.
De acuerdo con Edwards, estas actuaciones son una distracción para los estudiantes que desembocan en embarazos, fracasos escolares y enfermedades de transmisión sexual. "Muchas son francamente vulgares, algo propio de un club de adultos", dijo el legislador demócrata Joe Deshotel.
