Funcionarios electorales afganos dijeron ayer miércoles que veintenas de puestos adicionales de votación permanecerán cerrados durante las elecciones parlamentarias del 18 de septiembre debido al deterioro de la situación de seguridad en el país.
La comisión electoral estatal dijo que 81 de los 458 puestos de votación planeados en la provincia de Nangarhar estarán cerrados el día de las elecciones debido a esa situación.
La tensa provincia oriental fronteriza con Pakistán es un centro de la insurgencia talibana. Muchos milicianos entran en el país desde sus reductos tras la frontera.
Las autoridades electorales habían anunciado antes que otros 900 puestos permanecerían cerrados en distintos puntos del país debido a las preocupaciones de seguridad, pero que 5 mil 897 abrirán. Durante las elecciones del año pasado, empañadas por el fraude, 6 mil 167 puestos de votación operaron al menos nominalmente.
El Gobierno y sus socios extranjeros esperan que las elecciones ayuden a consolidar la frágil democracia y estabilidad política para permitir el retiro de los 140 mil soldados de la OTAN del país. Pero muchos afganos y observadores internacionales temen que la votación pueda tornarse sangrienta después que el Talibán amenazó el domingo atacar los puestos de votación y advirtió a los afganos que no participaran en lo que calificaron como una farsa.
Los temores por la seguridad electoral tienen lugar en momentos en que una diminuta Iglesia evangélica de la Florida que promueve una filosofía antiislámica se propone quemar ejemplares del Corán para conmemorar los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos que provocaron la guerra en Afganistán.
Por otro lado, el líder de los talibanes afganos, Mullah Omar, dijo ayer miércoles que sus combatientes estaban cerca de su objetivo de expulsar a las fuerzas extranjeras del país, respondiendo versiones del comandante militar sobre avances en la lucha contra los insurgentes en la región.

