El presidente venezolano Hugo Chávez se puso en contacto ayer con los estadounidenses pobres al visitar una iglesia en el barrio Harlem, donde prometió duplicar la cantidad de combustible para calefacción que su país está enviando a los necesitados en Estados Unidos.
El mandatario dijo que es un gesto de amistad con el pueblo estadounidense, a pesar de que él se opone a la gestión del presidente George W. Bush.
Un día después de que llamó "el diablo" a Bush en un discurso ante la Asamblea General de la ONU, el presidente venezolano criticó de nuevo al líder estadounidense.
Esta vez, le dijo a cientos de partidarios que coreaban "¡Chávez!" en la iglesia bautista Monte de los Olivos: "es un alcohólico y un hombre enfermo". Bush ha reconocido que tuvo un problema con la bebida cuando era joven, pero la dejó hace 20 años.
