MOSCU, Rusia (REUTERS). Rebeldes chechenos derribaron ayer domingo un helicóptero militar ruso, matando a sus nueve ocupantes, después de que Moscú dijo que sus fuerzas lanzaron una nueva operación para frustrar los intentos de los guerrilleros separatistas de llevar a cabo nuevos actos terroristas.
La agencia de noticias Interfax citó al coronel Boris Podoprigora, subcomandante de las fuerzas rusas en Chechenia, diciendo que un helicóptero Mi-8 fue derribado por un cohete lanzado desde un edificio destruido en la periferia de Grozny, la capital chechena.
El ministro ruso de Defensa, Sergei Ivanov, había dicho previamente ayer domingo que las fuerzas de su país iniciaron una amplia operación militar en Chechenia.
A partir de hoy (ayer domingo), el grupo de fuerzas en Chechenia lanzó operaciones especiales a gran escala, fuertes y con objetivos específicos en todas las regiones de Chechenia, dijo Ivanov en declaraciones citadas por Interfax. En los últimos días hemos recibido más y más informaciones de que en el territorio de Chechenia, y no sólo allí, combatientes guerrilleros están preparándose para llevar a cabo nuevos actos de terrorismo, agregó.
Ivanov hizo las declaraciones ocho días después de que las fuerzas rusas pusieron fin a una masiva toma de rehenes por parte de rebeldes chechenos en un teatro de Moscú. En su versión de las declaraciones de Ivanov a periodistas en la ciudad oriental de Khabarovsk, la agencia de noticias Itar-Tass citó al ministro diciendo que la operación tenía el objetivo de terminar con la amenaza cortándola de raíz.
Más de 118 rehenes y la mayoría de los 50 rebeldes que los mantenían secuestrados murieron el 26 de octubre cuando las tropas rusas llevaron a cabo una operación para terminar con el cerco de tres días al teatro.
Las agencias citaron a Ivanov diciendo que se habían suspendido los planes anteriores de reducir la presencia militar rusa en la provincia rebelde del norte del Cáucaso.