China saludó ayer una visita del nuevo primer ministro japonés, Shinzo Abe, como un "punto de inflexión" en las relaciones bilaterales, mientras acordaban mejorar sus vínculos y denunciaban como inaceptable el plan de Corea del Norte de realizar una prueba nuclear.
Beijing se había negado a celebrar cumbres con el predecesor de Abe, Junichiro Koizumi, que abandonó el cargo el mes pasado, por sus reiteradas visitas al Santuario Yasukuni de Tokio a las víctimas de guerra, considerado por sus críticos como una glorificación del pasado militarismo de Japón.
Sin embargo, los líderes chinos utilizaron un tono conciliador y Abe expresó el "profundo remordimiento" por acciones japonesas del pasado, mientras rompía con la tradición y hacía a China –en lugar de a Estados Unidos– su primer viaje al extranjero desde que asumió el cargo.
"Su visita en curso sirve como un punto de inflexión en las relaciones entre China y Japón y espero que también sirva como un nuevo punto de arranque para la mejora y el desarrollo de las relaciones bilaterales", dijo el presidente de China, Hu Jintao, a Abe.
En una reunión con el premier chino, Wen Jiabao, ambas partes expresaron su esperanza de superar la animosidad vinculada a las habituales visitas de Koizumi al santuario, que indignaban a China. Wen dijo que China y Japón deberían continuar con las visitas mutuas de líderes, suspendidas desde 2001.
La mejora de las relaciones es crucial para afrontar la amenaza de Norcorea, hecha la semana pasada, de efectuar una prueba nuclear, una cuestión que ocupará un importante lugar en la agenda de la visita de Abe a Beijing. "Japón y China compartieron el punto de vista de que la prueba nuclear de Corea del Norte es inaceptable", dijo Abe. En tanto, Norcorea dijo que podría abandonar su plan de poner a prueba su primera bomba atómica si EU mantiene negociaciones bilaterales con Pyongyang.

