Casi la mitad del mayor canal artificial de agua del Reino Unido, que une las ciudades de Leeds y Liverpool, fue cerrado ayer, lunes, para ahorrar agua, en medio de una de las peores sequías registradas en Inglaterra en los últimos 100 años.
La escasez de agua ha obligado a impedir el tránsito de barcazas en un tramo de más de 90 kilómetros entre las localidades de Wigan y Gargrave (en el norte de Inglaterra) porque no hay agua suficiente en los canales adyacentes para manejar el sistema de esclusas.
Este canal tiene una longitud total de 207 kilómetros y empezó a construirse en el siglo XVIII para transportar mercancías, pero en la actualidad su uso es principalmente recreativo y turístico, por lo que el cierre ha supuesto un duro golpe para la industria en plena temporada de vacaciones.
Según informó British Waterways, el organismo que se encarga de la gestión de las vías acuáticas británicas, el cierre se mantendrá durante varias semanas a la espera de que vuelva a llover lo suficiente para garantizar el suministro de agua al canal.