NUEVA YORK, Estados Unidos (EFE). Michael Skakel, pariente de la familia Kennedy, fue sentenciado este jueves a 20 años de prisión por el asesinato de la joven Martha Moxley, ocurrido en 1975.
Skakel, sobrino de Ethel Kennedy, viuda del asesinado senador Robert Kennedy, fue hallado culpable de asesinato por un jurado, el pasado 7 de junio, durante un juicio en la localidad de Norwalk (Connecticut).
Me gustaría poder decir que cometí el crimen y así la familia Moxley podría tener paz. Pero hacer eso sería una mentira, señaló ayer Skakel entre sollozos, antes de conocer la condena.
Sus abogados habían solicitado el miércoles la celebración de un nuevo juicio, al alegar que la fiscalía había ocultado documentación que podría haber favorecido la defensa de Skakel, pero el juez denegó esa solicitud.
El condenado, de 41 años, mantuvo en todo momento que es inocente del asesinato de su joven vecina, ocurrido en la localidad de Greenwich (Conneticut) cuando ambos tenían quince años.
El juez John Kavanewsky señaló al dictar sentencia que durante más de dos décadas Skakel ha estado viviendo una mentira acerca de su culpabilidad y resaltó que no había expresado remordimiento ni aceptado responsabilidad por los hechos.
El cadáver de Moxley fue hallado el 31 de octubre de 1975 en el jardín de la residencia de la familia.
Las autoridades determinaron que había sido brutalmente golpeada con un palo de golf, que formaba parte del equipo de la madre de Skakel, y que la víctima tenía una herida en el cuello, producida con un trozo del palo de golf. El jurado encontró culpable al sobrino de Ethel Kennedy, a pesar de no existir testigos presenciales ni encontrarse evidencias físicas sobre su participación en la tragedia.
Los fiscales señalaron durante el juicio que Skakel se sentía atraído por Martha Moxley, pero estaba furioso porque ella al parecer estaba más interesada en el hermano mayor, Thomas, quien también fue considerado sospechoso en un principio.
La parte acusadora aportó diversos testimonios de personas que declararon años atrás haber oído a Skakel hablar de su participación en el crimen, entre ellos algunos compañeros del centro de rehabilitación de toxicómanos en que estuvo recluido.
Uno de los testimonios aportados fue el de Gregory Coleman, que murió recientemente de sobredosis de heroína, y que relató que Skakel había afirmado que quedaría exculpado porque soy un Kennedy. La resolución del asesinato de Moxley permaneció estancada durante más de dos décadas, hasta que las autoridades encontraron discrepancias entre las versiones iniciales de Skakel a la policía y algunas declaraciones posteriores hechas a investigadores privados y autores que escribían sobre esa tragedia.
Los abogados de Skakel han señalado que apelarán la sentencia.

