La ciudad de Birmingham, Alabama vio crecer a mediados del siglo pasado a una niña talentosa y llena de ambición, que soñaba con ser concertista de piano clásico, pero que se enamoró de la geopolítica y llegó a ser secretaria de Estado de Estados Unidos.
Condoleezza Rice, nacida en 1954 en un hogar de gente de color en un sitio y una época signada por la segregación racial, no estaba dispuesta, empero, a conformarse con poco.
Hija de una profesora de música y un pastor protestante que le inculcaron que la educación era su mejor arma contra los prejuicios, confiesa que tuvo que ser "dos veces buena" para lograr sus metas y que su dura infancia hizo que tuviera determinación y amor propio.
Esa determinación la llevó a convertirse en una de las estudiantes más brillantes de su país. Así, ingresó a la Universidad de Denver a los 15 años y obtuvo su grado en ciencias políticas a los 19.
Cuando planeaba continuar estudios de piano clásico, conoció a Josef Korbel, un profesor checo exiliado, ex diplomático de su país, y padre de la que sería la primera mujer secretaria de Estado de EU, Madeleine Albright. Korbel la instó a interesarse por las relaciones internacionales.
Doctorada a los 26 años, Rice se convirtió en profesora del Centro Universitario de Stanford para seguridad internacional y control de armas.
Cuando George Bush padre fue elegido presidente de EU en 1988, Rice entró al Consejo Nacional de Seguridad como asesora sobre la ex Unión Soviética y Europa del Este, temas en los que se había vuelto experta. En 1991, retornó a la Universidad de Stanford y en 1993 se convirtió en la rectora más joven y de raza no blanca del país.
En 2000 George W. Bush llegó a la Casa Blanca como asesora nacional de seguridad.
En su retorno al Gobierno la sorprendieron, como al resto del mundo, los trágicos sucesos del 11-S.
Entonces, de tratar temas estratégicos con la Rusia post soviética pasó a liderar los controvertidos planteamientos de acciones unilaterales del nuevo gobierno frente a la amenaza del terrorismo global.
Rice asumió la Secretaría de Estado de Estados Unidos en 2005, para el segundo mandato de Bush, y tomó las riendas de asuntos delicados de las relaciones internacionales de EU, como la guerra al terrorismo, Irak, Medio Oriente, Irán y Corea del Norte.
De este modo, se convirtió en la mano derecha del presidente Bush hijo, quien la consulta a diario y le muestra una total confianza.
