JERUSALEN, Israel (AFP/REUTERS). Violentos enfrentamientos dejaron tres muertos y cerca de 80 heridos palestinos ayer viernes en el primer aniversario de la intifada, mientras que israelíes y palestinos anunciaron medidas "destinadas a restablecer la confianza".
Pero al mismo tiempo, el movimiento del presidente Yaser Arafat, al-Fatah, afirmó su decisión de continuar la intifada pese a las presiones de Estados Unidos sobre la Autoridad Palestina.
Entre los tres palestinos muertos ayer figura un niño de 10 años de edad, Mohamad Yussef Abu Zueid, muerto por disparos israelíes al este de Hebrón, en el sur de Cisjordania.
Las otras dos víctimas son Imam Mohammed Rached al Charif, de 26 años de edad, muerto en el centro de Hebrón, y Mahmud Sokkar, de 18 años, muerto en al Jader, un pueblo cercano a Belén, también en el sur de Cisjordania.
Por otra parte, Mohsen Arar, de 17 años, gravemente alcanzado por disparos de bala la semana pasada en Ramalá, murió también ayer como consecuencia de sus heridas.
Estas cuatro muertes elevan a 831 el número de víctimas desde el inicio de la intifada, hace exactamente un año, entre ellas 639 palestinos y 169 israelíes.
Dos días después de una reunión entre Arafat y el jefe de la diplomacia israelí, Shimon Peres, la alta comisión de seguridad israelo-palestina se reunió ayer en Tel Aviv, en presencia de un representante norteamericano, y tomó varias medidas destinadas a restablecer la confianza, indicó el ministerio israelí de Defensa.
Las medidas acordadas ayer incluyen, por ejemplo, la reapertura, desde mañana domingo, del puesto fronterizo de Rafá, en la frontera israelo-egipcia, y un alivio del bloqueo a los territorios destinado a facilitar la circulación entre las grandes ciudades palestinas.
Por su parte, los palestinos prometieron hacer un esfuerzo particular para detener los disparos de bala y de morteros en el sector de Rafá, según ese comunicado.
En tanto, una gran tensión reinó en la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén este, la parte árabe de la Ciudad santa (conquistada y anexada por Israel en 1967), donde la visita del primer ministro israelí, Ariel Sharon, por entonces jefe de la oposición de derecha, desencadenó hace un año el levantamiento palestino.
Importantes fuerzas policiales habían sido desplegadas en las afueras de la Explanada, cuyo acceso solo había sido autorizado a los residentes de Jerusalén este de más de 40 años de edad.
Pese a estas medidas, unos 10 mil fieles participaron en las oraciones antes de dispersarse en calma.
Unos 4 mil árabes israelíes manifestaron en Nazaret para mostrar su solidaridad con los palestinos, en una marcha organizada por el Movimiento Islámico, un partido con representación en el Parlamento israelí.
En el Líbano, cerca de 3 mil personas marcharon a través del campo de refugiados Ain El-Hilweh. A su paso quemaron imágenes del premier israelí, Ariel Sharon, y una copia de un tanque israelí llevando la bandera de EU.

