MIAMI, Estados Unidos (Servicios internacionales). Fiscales estatales de la Florida no descartan la posibilidad de solicitar la pena de muerte para los cinco latinos acusados del secuestro, violación y asesinato de una joven colombiana que fue enterrada ayer miércoles en Miami.
Abe Laeser, fiscal asistente del condado de Miami-Dade, dijo ayer que se estudia además la posibilidad de solicitar que el menor que integra el quinteto que participó en el asesinato de Ana María Angel, de 18 años, sea juzgado como adulto.
Fuentes cercanas a la investigación informaron de que el autor material del disparo que dio muerte a la joven sería presuntamente el puertorriqueño Joel Lebrón, de 23 años, e identificaron al menor como su sobrino de 16 años, Jesús Torres Román.
El resto de los sospechosos son los hermanos puertorriqueños Víctor Manuel Caraballo (34 años) y Héctor Manuel Caraballo (39 años), y el hondureño Cesar Antonio Mena (22 años).
Los cinco se encuentran detenidos en Miami y están sometidos a una vigilancia constante por temor a que cometan suicido, como algunos han indicado a sus guardias.
Angel, de 18 años, fue violada y asesinada después de que el quinteto, que reside en Orlando, la secuestró en Miami Beach junto con su novio, el nicaragüense Eddy Nelson Portobanco, la madrugada del domingo para robarles.
Portobanco, también de 18 años, luchó con los individuos, que habían ido a Miami a dar un golpe, cuando estos violaban a su novia y fue dejado por muerto, después de ser acuchillado 14 veces, en una autopista cercana a Miami.
Angel fue hallada muerta de un disparo en la cabeza en Boca Raton, a unos 150 kilómetros al norte de Miami.
Portobanco manifestó que no sentía ninguna compasión por los asesinos de su novia y que esperaba que les cayera encima todo el peso de la ley.
