La Corte Suprema de Pakistán dictaminó ayer jueves, en Islamabad, que el ex primer ministro y líder opositor, Nawaz Sharif, pueda retornar al país del exilio al que se vio forzado tras ser derrocado en 1999 por el actual presidente Pervez Musharraf.
En momentos en los que prepara las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias, Sharif tiene el "derecho inalienable para entrar y permanecer en el país como ciudadano de Pakistán", sostiene el veredicto de la Corte.
Su regreso, agrega, "no será impedido, obligado ni obstaculizado por el gobierno provincial ni federal".
La medida fue celebrada por decenas de seguidores de Sharif dentro y fuera del tribunal. Otros cientos de personas salieron a la calle en Lahore, feudo político del ex premier.
En declaraciones al canal de noticias Geo, Sharif reaccionó a la noticia declarando desde Londres: "Ganó la democracia, perdió la dictadura. Es una victoria de los principios democráticos, de la Constitución y del imperio de la ley en Pakistán".
El ex mandatario no puso fecha a su regreso, pero advirtió que sería "muy pronto".
Sharif y Benazir Bhutto, otra ex primera ministra en el exilio, esperan volver a su país y participar en unas elecciones que Musharraf ha prometido que serán libres y justas.
Sharif, de 57 años, fue dos veces primer ministro durante la década de 1990, y como líder de la opositora Liga Musulmana de Pakistán continúa gozando de gran popularidad.
El Gobierno sostiene que Sharif se exilió voluntariamente en Arabia Saudí, por 10 años, tras aceptar un acuerdo que lo liberaba de una condena de por vida. Tras el golpe de Estado que Musharraf llevó a cabo hace ocho años, el ex mandatario fue declarado culpable de secuestro, traición y evasión de impuestos.
Los analistas interpretaron esta decisión como un nuevo golpe a Musharraf, que ya se enfrenta a las demandas de insurgentes y grupos opositores de restaurar una democracia civil.
El Gobierno hasta ahora no ha comentado oficialmente la medida.
