El Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) de Colombia, fundado en 1953 como la principal agencia de inteligencia, seguridad y espionaje el país, será desde ahora sólo un recuerdo, después de que el gobierno decidiera desmontarlo para empezar de cero y dejar atrás los “escándalos” que se generaron durante varios lustros por su acción.
La decisión del Presidente Juan Manuel Santos es interpretada por analistas como otro paso del actual mandatario para marcar distancias con su antecesor, Álvaro Uribe, cuyo gobierno, según diversas denuncias, hizo del DAS un instrumento de acciones políticas con fines subalternos. Según Santos, este cambio es solamente uno de los 70 que constituyen una reforma del Estado que el mandatario calificó como “necesaria y conveniente´.
CORRUPCIÓN, EN LA MIRA
Desde su posesión el 7 de agosto de 2010, el presidente ha reiterado en varias ocasiones que en su gobierno la corrupción es un blanco de ataque constante. Entre tanto, para el defensor de derechos humanos y senador de Colombia Iván Cepeda las medidas de “forma” no son suficientes para resolver los actos de corrupción presentes en el DAS.
Cepeda aseguró que son necesarios cambios de fondo que “se refieren a la renuncia de cualquier forma de criminalidad estatal”. Sin embargo, lo que no se puede negar es que la razón más poderosa que detonó la desarticulación del DAS fue el aparente vínculo que existió entre varios exfuncionarios del organismo y grupos paramilitares durante el gobierno del expresidente Uribe entre 2002 y 2010.
