DUSHANBE, Tayikistán (ANSA). Entre Chechenia y Afganistán existe un depósito subterráneo de unos 200 mil millones de barriles de petróleo, sin los cuales no es posible imaginar el desarrollo mundial en los próximos 25 años.
El margen oriental de este océano puede llegar a los mercados con oleoductos y gasoductos que tienen como punto de partida Uzbekistán y deben atravesar Afganistán para llegar a Karachi, el mayor puerto marítimo de Paquistán.
Este es el recorrido más breve entre las estepas de la ex Unión Soviética y el Océano Indico.
Tayikistán no tiene recursos petroleros, pero sí especialistas salidos de las universidades moscovitas que siguen de cerca lo que sucede en las repúblicas vecinas. ¿Quién se lo hubiera imaginado? Todos los protagonistas de la crisis afgana tienen relación con el mundo del petróleo, dijo un alto funcionario del Ministerio de Desarrollo Económico tayiko que quiso mantener el anonimato.
Tomemos a Osama bin Laden; sin sus petrodólares, su padre no se habría convertido en millonario y el Califa no habría sentado las bases de su reino, agregó.
Tomemos después a George Bush, al vicepresidente Dick Cheney y otros cuatro o cinco exponentes del Gobierno estadounidense: son todos oilmen (hombres del petróleo), que saben perfectamente qué hay bajo el suelo de Asia Central.
Incluso -explicó el funcionario- Vladimir Putin se mueve a su antojo en el mundo petrolero. El presidente ruso es la excepción entre los protagonistas, pues tiene una formación profesional que no tiene nada que ver con el mundo del petróleo.
Para la fuente, el resurgimiento ruso, después del crack de 1998, vino gracias al petróleo y su réplica fue la candidatura de Putin de 1999, que estuvo patrocinada por la industria petrolera.
El alto funcionario del ministerio tayiko contó que el primero de los grandes oligarcas que apoyó a Putin fue Rem Viakhirev, ex jefe de Gazprom.
Y el joven Roman Abramovich, explorador de yacimientos, compró con el dinero del petróleo siberiano canales de televisión que están a disposición del Kremlin, de acuerdo al funcionario.
El gran acuerdo ruso-estadounidense-asiático sobre Afganistán, según el, tiene como base el petróleo. Explicó que la ampliación de la OTAN y la creación de oleoductos y gasoductos para unir el Cáucaso y Asia Central con Moscú son proyectos de la década de 1990, hijos del gobierno de Bill Clinton. Bush y Putin están buscando negocios que arruinan completamente los planes anteriores.
Iter y Lukoil son dos colosos petroleros rusos. Lukoil ha comprado algunos segmentos de la distribución de combustibles en Estados Unidos y algunos países de Europa occidental. Según la fuente tayika, en los días siguientes a los atentados del 11 de setiembre, los directivos de Iter y Lukoil viajaron a Tashkent para firmar acuerdos preliminares para la venta a terceros de gas y petróleo de Uzbekistán y Turkmenistán.
El gas y el petróleo deben ser conducidos bajo el suelo de Afganistán.
Turkmenistán -fronterizo a Afganistán- es el cuarto país a nivel mundial en reservas de gas natural con 3 mil millones de metros cúbicos. Kazajastán es superado en reservas de petróleo solo por los países del Golfo Pérsico.
La pregunta en la región es si Osama bin Laden y los talibán permitirán el paso de los conductos por Afganistán.
Ellos tienen los días contados, según el experto tajiko. Putin está armando a la Alianza del Norte (opositora interna a los talibán) y del otro lado están desembarcando los boinas verdes. Estamos en el final del juego.