La policía francesa desarmó al aparato internacional de la banda armada ETA, con la detención ayer del "histórico" Ramón Sagarzazu y de otros dos supuestos miembros de la banda terrorista en el sureste de Francia.
Sagarzazu, de 50 años de edad, era presuntamente el sucesor al frente del aparato internacional de ETA de Peio Esquisabel, "Xerpa", quien fue detenido el pasado 28 de abril en el suroeste francés.
El cabecilla fue arrestado junto al supuesto ex integrante de un comando de ETA, Oier Goitía Abadía, y al vascofrancés, Bernard Sansebastián, (ya condenado en el pasado en Francia por su labor en la banda) en un apartamento de Romans-sur-Isere, al norte de Valence.
Cerca de 30 agentes de la División Nacional Antiterrorista de la policía judicial de Lyon y del cuerpo de élite policial Raid intervinieron en la operación. Los presuntos etarras no estaban armados y no se resistieron, declararon fuentes próximas a la investigación.
Los agentes registraron el apartamento, alquilado hacía poco tiempo, el garaje y el coche robado y con falsas matrículas del grupo, y se incautaron de documentación, en papel y soporte informático, y temporizadores, así como de mercurio y una cantidad ínfima de polvo de aluminio, que sirven para fabricar bombas.
En Madrid, el ministro español del Interior, José Antonio Alonso, calificó las detenciones de "importantes" por tratarse de personas "encuadradas en la jefatura de ETA".
Además de su supuesta pertenencia al aparato internacional de ETA –cuya misión es coordinar las actividades de la banda en todo el mundo–, los tres también se dedicaban presuntamente al apoyo logístico, como el alquiler de pisos o locales para los activistas y la adquisición de materiales en otros países.
El arresto de ayer se produce menos de un mes después de que Esquisabel, "Xerpa", fuera apresado, junto a un ex concejal de Herri Batasuna, en Caussade, a 70 Kms de Toulouse.
