Un grupo de arqueólogos, con más astucia que los saqueadores de tesoros antiguos, desenterraron una tumba real maya en la selva de Guatemala y descubrieron allí joyería de jade y piel de jaguar de hace más de mil 500 años.
La tumba, hallada por el arqueólogo Héctor Escobedo la semana pasada, contiene los restos de un rey de la ciudad El Peru Waka, ahora en ruinas y cubierta por un espeso ramaje en la selva tropical.
El rey podría haber sido el fundador de la ciudad, enclavada en medio de las rutas mayas de comercio que pudieron haberse extendido desde la ciudad de Tikal en Guatemala hasta México.
"Si efectivamente es el fundador, entonces este es un descubrimiento único", dijo David Freidel de la Universidad Metodista del Sur en Texas, quien codirigió el proyecto con Escobedo.
El equipo de excavación trabajaba contra reloj, consciente de que posibles saqueadores de tesoros podrían estar buscando en la misma área. Justo un día antes de que Escobedo descubriera la tumba, saqueadores entraron a un túnel que los arqueólogos excavaron bajo la pirámide en busca de algún botín.
Estos ladrones asaltan con frecuencia sitios arqueológicos mayas en el norteño departamento de Petén. Conocidos como "güecheros", expresión derivada de la palabra armadillos, debido a que excavan entre la suciedad, los saqueadores venden tesoros que encuentran camino a museos privados de Estados Unidos y colecciones privadas.
El Peru Waka fue descubierto en la década de 1960, pero Escobedo y su equipo empezaron excavaciones científicas hace tres años. Tuvieron que estabilizar la pirámide donde encontraron la tumba después de que saqueadores abrieron dos grandes túneles, dejándola cerca del colapso.
El martes, otro equipo encontró lo que podría ser una segunda tumba real en una pirámide en la parte alta de la colina donde entraron la primera tumba, que podría ser de 400 años después.
Esta tumba tiene todavía que ser abierta, pero a juzgar por la elaborada ofrenda de una docena de figuras de miniatura de jugadores de pelota, mujeres elegantes, enanos y dignatarios encontrados en la pirámide, podría haber más restos reales, dijeron arqueólogos.
Un arqueólogo levantó un pequeño disco hecho de concha y jade y lo volteó para revelar el perfil de una cabeza de lo que parece ser un mono.