El rey Abdulá de Jordania miraba atentamente durante la presentación de los planos para la construcción de un nuevo minarete cerca del domo de la roca en Jerusalén.
Se le informó que el minarete, la primera estructura a ser construida en más de 600 años en el tercer santuario más sagrado del islam, contaría con el grabado de una estrella hashemita de siete puntas, como la que aparece en la bandera del reino.
"La preservación de santidades islámicas es una responsabilidad que se me ha legado y seguiré cargando con ella tras los pasos de mis antepasados", dijo el rey a los altos clérigos.
El clan gobernante de los hashemitas de Jordania ha cumplido las funciones de custodio de los santuarios musulmanes de Jerusalén desde el mandato británico en territorio palestino a comienzos del siglo XX.
La familia mantuvo ese rol en la dividida ciudad santa incluso después de que Jordania perdió el este de Jerusalén y Cisjordania en la guerra de 1967 con Israel.
Pero algunos dicen que no es solo responsabilidad histórica o piedad lo que motiva esta última operación arquitectónica en Amán, a solo 70 kilómetros de las sierras del este de Jerusalén. Algunos analistas dicen que el rey Abdulá, cuya familia dice descender del profeta Mahoma, también quiere reafirmar sus credenciales islámicas en un período de creciente radicalización en las fronteras jordanas con los palestinos al oeste e Irak al este.
El rol de la familia real como custodia une a los palestinos con Jordania, que cuenta con el mayor número de ciudadanos de esa nacionalidad fuera de Cisjordania y de la franja de Gaza. Los jordanos de origen palestino, quienes se instalaron después de la creación de Israel en 1948, se han convertido en una mayoría en el país de 5.7 millones de habitantes.
¿INFLUENCIA EN CISJORDANIA?
Los políticos dicen que un mayor rol jordano en el futuro de Cisjordania es más factible dado que los prospectos de un Estado palestino se ven afectados por los conflictos internos, las estancadas conversaciones de paz y la presión israelí. Los palestinos buscan un estado en Cisjordania y la franja de Gaza, territorios que Israel capturó de Jordania y Egipto en la guerra de Oriente Medio en 1967.
Pero los analistas dicen que el rápido asentamiento y expropiación de suelos por parte de los judíos podría dejar a Israel con partes sustanciales de los territorios.
Puede que entonces Jordania sea convocada a jugar un papel mayor en una entidad palestina más pequeña, ligada a Amán demográfica, étnica e históricamente.
El rey Abdulá ya ha avivado las especulaciones de un papel más intervencionista después de advertir hace algunas semanas que el sueño de una nacionalidad palestina podría perderse para siempre por la inexorable marcha hacia la guerra civil y por la intransigencia israelí.
Pero los funcionarios jordanos descartan cualquier versión de un mayor rol político en Cisjordania que pudiera parecer eclipsar la búsqueda palestina de una nacionalidad.

