BAGDAD, Irak /APEl gobernador de Basora, el gobierno provincial y cientos de manifestantes dijeron ayer, miércoles, que dejarán de cooperar con las fuerzas británicas en esta ciudad del sur de Irak hasta que Gran Bretaña ofrezca disculpas por los choques entre sus fuerzas y la policía local.
En Londres, el secretario de Defensa, John Reid, y el primer ministro iraquí, Ibrahim al-Jaafari, trataron de restar importancia al asunto y dijeron que no afectaría la colaboración de los dos países para llevar a Irak a la paz y la democracia.
Pero los choques, que se produjeron cuando las fuerzas británicas liberaron por la fuerza a dos soldados suyos retenidos por policías y milicianos, generaron temores por el poder que han adquirido milicias chiítas radicalizadas que tienen vínculos estrechos con Irán.
SIGUE VIOLENCIA
Mientras tanto, continuaban los ataques insurgentes en y alrededor de Bagdad, donde un artefacto al explotar causó heridas a dos soldados, dijo el vocero militar Jamie Davis.
La violencia en Basora comenzó el lunes por la noche cuando soldados británicos, provistos de un vehículo blindado, tomaron un cuartel de policía para liberar a dos paracaidistas que habían sido arrestados por la policía iraquí. Los soldados fueron hallados en una casa vecina, custodiados por milicianos chiítas.
Los choques, en los cuales las fuerzas británicas fueron atacadas con piedras y bombas incendiarias molotov, han provocado dudas acerca del papel de los soldados británicos en Irak y la conveniencia de dejar la zona en manos de iraquíes.
