Justo en momentos en que Estados Unidos se ve más cuestionado que nunca por su lucha contra el terrorismo, a poco más de un centenar de kilómetros de su costa, en la "archienemiga" Cuba, se concentra el mayor número de países a los que Washington ha incluido en el "eje del mal" o, cuanto menos, considera "non gratos".
Jefes de Estado y de Gobierno, o altos representantes de Corea del Norte, Irán, Siria, Venezuela, Zimbabwe, Myanmar o Bielorrusia sesionan desde el lunes en La Habana, sede de la XIV Cumbre de Países No Alineados (NOAL) y declarada estos días la "capital del Tercer Mundo".
Presidentes como el iraní Mahmud Ahmadineyad o el venezolano Hugo Chávez acudirán en persona a la cita cubana que a partir de hoy, jueves, debatirá a nivel de jefes de Estado y de Gobierno, mientras que hasta el último minuto se mantiene abierta la posibilidad de que el convaleciente Fidel Castro haga una aparición estelar.
"Al leer algunas noticias que provienen de algunas latitudes que no son éstas, no me queda más remedio que imaginar que está creciendo el ‘eje del mal’, y si vamos a guiarnos por algunos despachos de prensa, pronto va a estar integrado por 118 naciones, o sea, las que integran el NOAL", ironizaba el martes el viceministro del Exterior cubano, Abelardo Moreno.
Estados Unidos también estaba invitado al encuentro, aunque declinó participar. Claro está que tampoco era una invitación entusiasta, sino más bien un mero formalismo, dado que estuvo presente en la cumbre anterior del NOAL, hace tres años en Malasia, por lo que automáticamente se debía renovar la invitación.
Y es que aunque a la cita cubana también acuden algunos de sus aliados, como el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, o el primer ministro indio, Manmohan Singh, la Cumbre del NOAL tiene un cuanto menos "aire" antiestadounidense camuflado con diversa fortuna bajo un llamamiento a defender el "multilateralismo".
De hecho, en la Declaración Final del encuentro aparecen numerosas críticas más o menos explícitas a la política internacional norteamericana. Así, en uno de los apartados se afirma que los mandatarios del NOAL "rechazan rotundamente el uso del término ‘eje del mal’ por cierto Estado para estigmatizar a otros Estados con el pretexto de la lucha contra el terrorismo", según el borrador del texto.
Tampoco se salva de las críticas el principal aliado de Washington, Israel, al que se condena por la "despiadada agresión contra Líbano". El NOAL vuelve a rechazar asimismo "la imposición de medidas y planes unilaterales dirigidos a que Israel, la potencia ocupante, imponga una solución unilateral ilegal" en el conflicto con los palestinos y reafirma el "apoyo incondicional (...) a la justa demanda de siria de reinstaurar la plena soberanía en el Golán sirio ocupado".
Por el contrario, se posicionan a favor de archienemigos de Washington como Irán, Venezuela y, por supuesto, Cuba.
En el caso del primero, los miembros del NOAL "reafirman el derecho inalienable de los países en desarrollo de participar en la investigación, producción y uso de la energía nuclear con fines pacíficos sin discriminación".
A Venezuela se le dedican tres párrafos en los que se "considera con preocupación las políticas agresivas del Gobierno de los Estados Unidos contra Venezuela", así como por el "aumento de las acciones de Estados Unidos encaminadas a afectar la estabilidad del país sureño".
