Como un "error de seguridad imperdonable" calificó el vicepresidente Francisco Santos la explosión de un carro bomba a las 8:50 a.m. de ayer, en la capital colombiana.
De acuerdo con los primeros informes de las autoridades, una camioneta Ford Explorer de color azul entró a primera hora de la mañana al estacionamiento ubicado entre la Universidad Militar Nueva Granada y la Escuela Superior de Guerra, donde explotó y causó pánico entre las personas del lugar.
En esa zona –supuestamente la más vigilada al norte de la ciudad– funcionan también la Quinta División del Ejército, la Décima Tercera Brigada y la Central de Inteligencia, entre otras instalaciones militares.
El vicepresidente de la República no ocultó su desconcierto. "Lo sorprendente es que la seguridad de la unidad militar donde están estudiando quienes aspiran a generales y coroneles esté descuidada o les metan un carro bomba", enfatizó el funcionario.
Según el informe de la Secretaría de Salud, la explosión dejó 23 heridos, siete de ellos de las Fuerzas Militares, la mayoría con lesiones leves.
El impacto se sintió en varias cuadras a la redonda y ocasionó graves daños en las instalaciones de la universidad y los edificios cercanos, avaluados en más de 170 mil dólares.
En el claustro educativo se realizaba un seminario sobre derechos humanos en el que participaban el general Mario Montoya, comandante del Ejército; el general Gustavo Matamoros, comandante de la Quinta División; y, el delegado del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Juan Pablo Corlazzoli.
El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, fue de las primeras autoridades en llegar al lugar de la explosión. En principio ofreció cerca de 85 mil dólares de recompensa para quienes brinden información que permita ubicar a los responsables del atentado; minutos después aumentó esa suma a mil millones de pesos , un poco más de 425 mil dólares.
Horas más tarde, el ministro informó en rueda de prensa que el daño de una de las cámaras de seguridad impidió detectar los movimientos del conductor de la camioneta, posteriores a su entrada; y, que la onda explosiva permitía determinar una carga de 60 kilos de explosivos R1 que afectó varios vehículos, uno de ellos del director de la Escuela Superior de Guerra.
El atentado se relacionó con los anuncios que hace pocas semanas hicieran las embajadas estadounidense y británica, sobre posibles atentados en el norte de la capital.
