Markus Wolf, el ex jefe del espionaje germano-oriental inmortalizado por el novelista Johnn Le Carré en el personaje "Karla", murió ayer a los 83 años de edad tras una agitada biografía. Curiosamente, Wolf pasará a la historia precisamente por una misión que el calificó muchas veces de fracaso, que fue la infiltración del espía Günther Guillaume en la cancillería, lo que terminó llevando a la dimisión del canciller socialista germano, Willy Brandt en 1969, tras ser desenmascarado el agente que llegó a ser su secretario personal.
Al lado de ese episodio, están también los muchos espías que logró colar en las altas esferas del poder alemán occidental, a través de los llamados agentes "Romeo" que seducían a las secretarias de personalidades claves. Durante los primeros 22 años de su actividad como espía, no sólo sus actividades sino incluso su cara fueron un misterio.
