El presidente palestino Mahmud Abbas fue reelegido el sábado para seguir al frente del movimiento Fatah según determinó su primera convención en dos décadas. La elección le confiere un nuevo mandato para las conversaciones de paz con Israel, si es que también puede restañar las divisiones entre su propio pueblo.
Abbas, que sucedió al legendario líder palestino Yasser Arafat después que este murió en 2004, fue elegido sin oposición, aunque el movimiento mismo ha perdido lustre en los últimos cinco años.
Su vieja guardia ha sido acusada de corrupción y nepotismo y ha sufrido una humillación militar a manos de su archirrival Hamas.
Abbas prometió cambios. “Esta convención debe representar un nuevo comienzo para el movimiento Fatah”', dijo.
“En nuestra historia hemos tenido muchos inicios y contratiempos. A veces hemos llegado al borde del abismo... pero siempre hemos retornado con mayor fuerza”.
Cientos de delegados vitorearon cuando el funcionario Tayib Abdul Rahim anunció que Abbas había sido elegido nuevamente para dirigir el partido.
Según la constitución de Fatah, Abbas sólo puede conducir el partido durante cinco años hasta que se convoque una nueva conferencia, pero esta es la primera vez que los miembros de Fatah se reúnen en 20 años y no está claro cuándo volverán a hacerlo.
Abbas prometió conducir a los palestinos a la independencia, pero los desafíos que enfrenta son múltiples.

