El líder cubano, Fidel Castro, ejerció ayer de editorialista del diario oficial Granma, por segunda vez en una semana, para abordar asuntos internacionales, en un artículo en el que no se refiere al estado de su salud ni a la situación interna de la isla.
Castro, que en agosto cumplirá 81 años, convalece desde hace ocho meses de una enfermedad declarada secreto de Estado que le obligó a delegar provisionalmente el poder en su hermano Raúl, ministro de Defensa, el pasado 31 de julio.
Desde entonces, las autoridades cubanas han mantenido la máxima discreción sobre la evolución del comandante, aunque en las últimas semanas han aumentado los rumores sobre su posible reaparición pública.
El artículo publicado el 29 de marzo pasado en el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, en el que criticaba la generación de biocombustibles elaborados a base de alimentos y la política de Estados Unidos, contribuyó a alimentar las especulaciones sobre su mejoría.
Hoy ha vuelto sobre el tema del etanol con un texto titulado "La internacionalización del genocidio", aunque esta vez se refiere también a la crisis abierta entre Londres y Teherán por el caso de los 15 soldados británicos detenidos hace 13 días en aguas del Golfo Pérsico por las autoridades iraníes, que les acusan de haber invadido su territorio.

