Las tres Fuerzas Armadas de Brasil enviaron al ministro de Defensa, Celso Amorim, tres informes en los que afirman no estar en condiciones de negar que hubo graves violaciones a los derechos humanos en instalaciones militares durante la dictadura, confirmó el ministerio ayer.
La ausencia de negación, por primera vez, de los delitos durante el último régimen militar brasileño (1964-1985) por parte de las fuerzas armadas supone un paso más en la lucha por esclarecer los crímenes cometidos en ese período.
La dictadura brasileña es la menos investigada del Cono Sur y la única que no ha juzgado a los represores, porque una ley de amnistía de 1979 lo impide.
La creación de la Comisión Nacional de la Verdad (CNV) en 2012 por la presidenta Dilma Rousseff, una exguerrillera de 66 años que fue torturada y encarcelada por el régimen militar, es el mayor paso oficial que Brasil ha dado hasta el momento para esclarecer las violaciones de los derechos humanos.
Amorim envió este viernes 19 de septiembre los documentos dirigidos por el Comando de Aeronáutica, de la Marina y del Ejército precisamente a la CNV, que los había solicitado el pasado 13 de agosto.
En su petición, la comisión pedía al Ministerio de Defensa y a las Fuerzas Armadas que expresaran “si confirman o niegan las informaciones presentadas por la CNV”, según recoge el diario Folha de Sao Paulo.
Acompañando la solicitud, la comisión incluyó un listado de 24 víctimas detallando las violaciones de los derechos humanos que sufrieron y los lugares donde ocurrieron. La lista la completaban pruebas que iban desde procesos judiciales, documentos del Ministerio Público o investigaciones policiales, según el diario.
En aquel momento, la CMV pidió a Amorim que enviara los informes de respuesta en un mes, como máximo. Sin embargo, la entrega de los documentos se ha demorado unos días debido a la dificultad para reunir toda la información, explicó un portavoz del ministerio.
Brasil reconoce oficialmente unos 400 muertos y desaparecidos durante el último régimen militar, contra 30 mil muertos en Argentina y más de 3 mil 200 en Chile. Sin embargo, la Comisión de la Verdad ha indicado que sus investigaciones resultarán en un aumento del número oficial de víctimas brasileñas.
