Cientos de árabes sunitas expresaron su ira ayer, martes, por la ejecución de Saddam Hussein, mientras el Gobierno iraquí prometió una investigación sobre las imágenes grabadas de manera ilegal de funcionarios chiítas burlándose del condenado.
Un funcionario judicial afirmó que estuvo a punto de detener la ejecución debido a las burlas, que han empeorado las disputas sectarias en una nación que ya se encuentra al borde de la guerra civil. También desmintió las acusaciones de que los guardias habían sido quienes filmaron la ejecución
En el vídeo, ampliamente visto en internet, los presentes coreaban el nombre del clérigo chiíta Moqtada al-Sadr mientras Saddam está frente al patíbulo. El Gobierno ha dicho que la oposición ha usado el escándalo para confundir.

