Gamal Mubarak, hijo del presidente de Egipto, Hosni Mubarak, se desmarcó ayer de los rumores que le señalan como el sucesor de su padre y se ciñó a "la Constitución y el marco legal" para esquivar las preguntas de los periodistas.
En una rueda de prensa dentro de la IX conferencia general que el gobernante Partido Nacional Democrático (PND) celebra estos días, Gamal no desmintió que entre sus aspiraciones esté suceder a su padre, pero recordó que su deber como secretario de Política es dirigir al partido hacia las elecciones legislativas de 2010.
Precisamente, este congreso del PND ha encontrado una rendija constitucional para acomodar la futura sucesión paterno-filial, como han señalado analistas independientes y fuentes de la oposición.
Gamal fue incluido el pasado sábado en el recién creado Comité Supremo del partido, formado por 50 personas, y del que, según la Constitución, deberá salir el futuro Presidente.
Este nuevo peldaño hacia la Presidencia copó las preguntas a Gamal, que decidió tomárselo con humor: "He contestado en inglés, en árabe y podría intentarlo en mi francés, aunque es muy pobre".
"Los rumores continuarán, el debate seguirá en los medios, como debe ser, pero la Constitución y el marco legal están muy claros", zanjó Gamal en cada ocasión en que fue interrogado al respecto.
En cualquier caso, la comparecencia de Gamal tuvo el aire y la expectación de la de un jefe de Estado, así como el calado de las cuestiones planteadas.
Hosni Mubarak cumple 80 años en 2008 y su avanzada edad ha motivado que el debate sobre su sucesión se dispare en Egipto.
La irrupción en 1995 de Gamal –que antes trabajaba como banquero– dentro del PND y su meteórica ascensión en el partido, han disparado las acusaciones de que se está preparando para convertirse en el futuro Presidente.
