Para los republicanos, en cambio, es el gran líder patriótico que tras los ataques del 11/9 ha comprendido que Estados Unidos y todo Occidente han entrado en una guerra contra el terrorismo internacional y el fanatismo islámico. Bush es, para los conservadores, un garante de una política estadounidense que ataca agresivamente a sus enemigos y que lucha con el mismo ímpetu por un mundo islámico democrático y por tanto pacífico.
Científicos y publicistas serios como Bob Woodward describen a Bush como una mente clara y reflexiva, con una personalidad de líder con fuerza de decisión, que sin embargo piensa según esquemas relativamente sencillos. El “bien” y el “mal” juegan un rol destacado en el mundo de este presidente religioso y asceta.
Bush nació en 1946 en New Haven (estado de Connecticut) como primogénito de George Herbert Walker Bush, quien fuera ocho años vicepresidente de Ronald Reagan, para luego ocupar él mismo la Casa Blanca por un período de cuatro años.
Se crió sobre todo en Texas, donde su padre se dedicaba a negocios petroleros. Bush estudió en la elitista Universidad de Yale y se alistó en 1968 en la Guardia Nacional, donde fue instruido como piloto, con lo que no tuvo que ir a la Guerra de Vietnam.
A partir de 1972 cursó estudios en la prestigiosa Harvard Business School e intentó luego sin mayor éxito incursionar en el negocio petrolero.
En 1977 contrajo matrimonio con la maestra Laura Welch, en 1981 nacieron sus hijas mellizas Barbara y Jenna. A mediados de los 80 abandonó Bush su vida errática, dejó el alcohol y se convirtió al metodismo practicado por su mujer. Después de haber colaborado con la campaña electoral de su padre adquirió el equipo de béisbol de los Texas Rangers, que logró vender en 1988 con enormes ganancias.
En 1994 fue elegido gobernador de Texas, cargo para el que fue reelegido en 1998. En 2000 derrotó en las elecciones presidenciales al candidato demócrata Al Gore.
Bush asumió la primera magistratura con la promesa de unir a Estados Unidos de América, de convertirse en un presidente “moral”, bajar los impuestos y, como “conservador sensible” transformarse en el presidente de todos los estadounidenses.
