MOSCU, Rusia (AP). -Los gobiernos de Georgia y Rusia intercambiaron airadas acusaciones ayer miércoles en torno al desfiladero Pankisi, donde según Rusia se esconden rebeldes de la separatista Chechenia con ayuda de Georgia, y Georgia lo niega.
El presidente ruso Vladimir Putin acusó a Georgia de negar la presencia de los rebeldes primero y luego de negarse a cooperar con Rusia para combatirlos.
Los comentarios de Putin causaron una rápida reacción de Georgia, donde un vocero del presidente Eduard Shevardnadze acusó a Rusia de agravar las tensiones con el fin de poner a la ex república soviética nuevamente bajo el control del Kremlin.
Sin el apoyo activo de Georgia seguiremos combatiendo contra estos terroristas ... de un lado y del otro, dijo Putin al asistir a unas maniobras militares en Siberia.
Georgia ha rechazado los pedidos de Rusia de que se le permita entrar en el desfiladero y el domingo lanzó su propia ofensiva en la región, fronteriza con Chechenia.
El gobierno estadounidense sospecha que algunos de esos rebeldes están vinculados a la red terrorista al-Qaida y ha enviado asesores militares para entrenar a las tropas georgianas en tácticas antisubversivas.
El operativo enfureció a Rusia, que afirma que Georgia no debe simplemente expulsar a los rebeldes de vuelta a Chechenia sino que debe capturarlos y entregarlos a Rusia.
Shevardnadze ha dicho que el operativo fue precedido de advertencias a los rebeldes para que desalojen la zona, a fin de evitar un baño de sangre.
Putin comparó a los guerrilleros con terroristas de al-Qaida en Afganistán, afirmando que su presencia inflige real daño a Rusia''.
