La Casa Blanca, que analiza ahora los próximos pasos en la lucha contra el terrorismo tras la muerte de Osama bin Laden, reconoció que el líder de Al Qaeda iba desarmado cuando murió y sopesa publicar las fotos del cadáver.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, proporcionó ayer nuevas precisiones en su rueda de prensa diaria sobre el asalto.
Cuando entró el comando estadounidense en el complejo de la localidad de Abbottabad, en las cercanías de Islamabad, donde se encontraba “Gerónimo”, el nombre en clave que se le había asignado al terrorista más buscado del mundo, Bin Laden “presentó resistencia”.
“El personal estadounidense sobre el terreno actuó con la mayor profesionalidad y lo abatió en la operación por la resistencia que opuso”, narró Carney.
Según indicó, en el momento de ser alcanzado (en la frente y en el pecho), Bin Laden “no estaba armado”. “Se puede oponer resistencia sin estar armado”, puntualizó. Una de sus esposas se abalanzó contra uno de los comandos, que le disparó en uno de los gemelos.
Aunque quedó herida, no ha muerto, como había informado inicialmente el consejero de la Casa Blanca para la lucha antiterrorista John Brennan.
El cuerpo de Bin Laden se trasladó al portaaviones estadounidense Carl Vinson, en el mar de Arabia, donde fue lavado, envuelto en un sudario blanco como estipulan las costumbres islámicas y arrojado al mar tras la recitación de unas plegarias en inglés y árabe.
Ahora, la Casa Blanca sopesa publicar fotografías del cuerpo de Bin Laden, aunque admite que tiene en cuenta el efecto “incendiario” que podrían tener esas imágenes, muy “truculentas”. Carney, quien pidió a los medios ser “pacientes”, indicó que “estamos revisando la situación y tomaremos la decisión apropiada”.
Los servicios de inteligencia no quieren que se den a conocer documentos gráficos que puedan poner en peligro el éxito de futuras operaciones.
Pero la Casa Blanca es consciente de la demanda en el exterior de esas imágenes para demostrar la muerte de su enemigo público número uno. Los familiares de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 también las han reclamado, con el argumento de que les ayudará a pasar página.
Según fuentes del Pentágono, la Casa Blanca cuenta con tres series de documentos gráficos: fotografías del cuerpo, videos de la ceremonia en que se echó el cadáver al mar desde el portaaviones Carl Vinson e imágenes del interior de la residencia.
El gobierno de Washington estudia ahora los próximos pasos a dar y cómo mejor neutralizar a una Al Qaeda “herida, dolorida, pero todavía viva”, en palabras de Carney. En este sentido, en una entrevista concedida a la revista Time, el director de la CIA, Leon Panetta, indicó que “estamos un poco más seguros... pero no creo que debamos engañarnos creyendo que al matar a Osama bin Laden hemos destruido Al Qaeda”.
Los servicios secretos ya se han puesto manos a la obra para comenzar a analizar las pertenencias de Bin Laden. Entre ellas se han encontrado ordenadores y discos duros.
Buscan también establecer cómo fue posible que Bin Laden y su familia se ocultaran durante tanto tiempo, al parecer años, en ese complejo sin que nadie se diera cuenta.





