El primer ministro iraquí, Nuri al Malki, declaró ayer miércoles un estado de emergencia durante un mes en Basora, una ciudad rica en petróleo que está atrapada por una lucha de poder entre facciones chiíes.
"Hemos ordenado a la unidad del ejército (en Basora) que se despliegue en las calles", dijo Malki a periodistas en la segunda ciudad más importante de Irak después de anunciar la medida. "Esperamos que después de este mes regresemos a Basora y veamos que la situación ha mejorado mucho", agregó.
Las fuerzas iraquíes patrullarán Basora día y noche, buscarán armas e instalarán puestos de control, dijo una fuente del gobierno.
Malki, quien asumió el cargo el 20 de mayo prometiendo gobernar en medio de la violencia que afecta a Irak, también anunció la formación de un comité de seguridad de cuatro personas para lidiar con la situación durante el estado de emergencia.
La seguridad empeoró seriamente en Basora durante el último año, mientras facciones rivales de la mayoría chií luchan por una cuota del poder entregado a los chiíes después de que Estados Unidos derrocó al gobierno suní de Saddam Hussein.
Aún no estaba claro si las tropas británicas que patrullan el sur de Irak, principalmente chií, incluyendo Basora, jugarían algún papel en el operativo de seguridad.
Basora, cuyo petróleo equivale a casi todos los ingresos del Estado de Irak, es un gran premio para todos los partidos. Haciendo hincapié en que Basora es vital para el país, Malki se dirigió ayer en la mañana a los líderes locales en un discurso que fue transmitido en vivo por televisión.
"Golpearemos con puño de hierro a los líderes de las bandas que están manipulando la seguridad (...) La seguridad es lo primero, lo segundo y lo tercero. Esto debe ser dicho", sostuvo.
Malki, quien lideraba una importante delegación del gobierno con el objetivo de restaurar la estabilidad en Basora, es un importante miembro de la Alianza Unida de Chiíes Islámicos.
Las principales facciones de la Alianza que luchan por el poder en Basora son la organización armada Badr, el partido Fadhila del gobernador y el movimiento del clérigo y líder de milicia Moqtada al-Sadr.
Esperanza de EU
Estados Unidos tiene la esperanza de que la gran coalición de chiíes de Malki, los árabes suníes minoritarios y los kurdos pueda detener la violencia sectaria y de guerrillas que amenaza con destruir Irak.
Pero hay pocas señales de un debilitamiento en el ciclo de muertes y ataques de venganza, con una serie de asaltos con bomba que esta semana mataron al menos a 100 personas, principalmente en Bagdad.
Por otra parte, cuatro testigos de la defensa en el juicio de Saddam Hussein fueron arrestados ayer, luego de que la corte ordenara que se les detuviera por sospechas de falso testimonio en contra de la fiscalía, dijo un abogado del ex líder iraquí.
Jalil al-Dulaimi, quien encabeza el equipo de la defensa, dijo que los testigos fueron arrestados después de que "sus testimonios destruyeron la credibilidad de la corte".
