Ahora en libertad, Consuelo González mantiene una rutina de su largo cautiverio: levantarse por la madrugada. Solo que en vez de hacerlo para escuchar los mensajes que le enviaban sus parientes por la radio, lo hace para hablar ella y darle ánimo a quienes siguen secuestrados.
Desde que fue secuestrada el 10 de septiembre de 2001, González dice que "hay muchos momentos, casi todos, de una soledad inmensa y siempre lo anima a uno escuchar a la familia por la radio".
Asegura que sus ex compañeros de secuestro están bien de salud. "A menos que cambiaran en mes y medio, los verán bien", dijo González, refiriéndose a los tres ex congresistas Gloria Polanco de Losada, Luis Eladio Pérez y Orlando Beltrán Cuéllar, quienes las FARC anunciaron que liberarán.
Con Polanco, Pérez, Beltrán y otros cinco secuestrados, González pasó los últimos tres años y medio en un campamento, cuya rutina comenzaba a las tres de la mañana. González cuenta que rezaba de cuatro a cinco y media, cuando comenzaba a oír los mensajes por la radio, después caminaba una hora y hacía flexiones de piernas.
El resto de la jornada lo marcan las comidas, dice, desayuno, almuerzo y cena hasta irse de nuevo a la cama pasadas las seis y media de la tarde, porque no hay luz eléctrica y tampoco tenían velas.
"Ingrid me cuidaba a mí cuando estaba deprimida, me daba valor", recuerda.

