La policía mexicana encontró ayer sábado a dos hombres decapitados en un pueblo del occidental estado de Michoacán, que en los últimos meses ha sido sacudido por una ola de crímenes macabros, por los enfrentamientos entre bandas rivales de narcotraficantes.
Sus cabezas yacían afuera de una agencia automotriz de Zitácuaro, un pequeño pueblo ubicado en las montanas de Michoacán, en el límite con el estado de México, dijo a Reuters una portavoz de la fiscalía estatal.
Cerca de ellas fue hallado el mensaje "la familia michoacana no somos extorsionadores. P.D. Espero su próxima llamada".
El texto es similar a misivas encontradas en otros cruentos crímenes cometidos anteriormente en el estado.
"Tiene todas las características (de ser un caso de enfrentamiento entre narcotraficantes), por la forma en que se dio", dijo la portavoz.
Los cuerpos de los hombres fueron encontrados en las afueras de Zitácuaro.
Recientemente han ocurrido varios crímenes brutales en Michoacán, donde se han encontrado al menos una docena de cabezas sin cuerpo en diversos lugares del estado, incluyendo cinco que fueron arrojadas en un bar de la ciudad de Uruapán por un comando armado.
