Holanda reformó radicalmente su sistema impositivo a los automóviles, con el objetivo de proteger el clima y evitar embotellamientos: en lugar de pagar un impuesto por posesión de automóvil, los holandeses tendrán que pagar a partir de 2012 tres céntimos de euro (unos 0.044 centésimos de dólar) por kilómetro recorrido, informaron este sábado.
La tasa se elevará progresivamente a los 6.7 céntimos (0.99 centésimos de dólar) por kilómetro, según acordó, tras años de debates, la coalición gobernante integrada por socialdemócratas y democristianos.
El nuevo sistema supone un incentivo para dejar parado el automóvil y reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, que podrían caer 10%, según dijo el ministro de Transporte, Camiel Eurlings, citado por medios locales.
En total, se calcula que los automóviles holandeses reducirán su kilometraje 15% y que cada vez más apostarán por medios de transporte públicos o ecológicos, como la bicicleta.