Irán e Irak recordaron ayer jueves el inicio de la brutal guerra que los enfrentó durante 8 años en la década de 1980, exactamente 25 años después de que el primer soldado iraquí cruzara la frontera iraní.
El gobierno de Irak ofreció nuevamente disculpas a su vecino por la invasión de 1980, ordenada por el ex presidente iraquí Sadam Husein.
La guerra se transformó en un conflicto largo y brutal, que causó la muerte de hasta un millón de personas.
Mientras tanto, en Teherán, la capital de Irán, se llevó a cabo un desfile militar con motivo del aniversario.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, aprovechó la ocasión para decir, en un tono desafiante, que quien quiera poner a prueba el honor de su país, comprobará que las llamas de su ira son ardientes y destructivas.
Su pronunciamiento tuvo lugar en momentos en que aumenta la presión internacional para que Irán abandone sus planes de llevar adelante su programa nuclear.
Aunque Ahmadineyad no mencionó específicamente la disputa, dijo que Irán no representa una amenaza para los intereses de otros países y que defendería a cualquier costo su integridad y su independencia.

