La República de Irlanda entró en los libros de historia al convertirse en el primer país del mundo que autoriza en un referéndum el matrimonio homosexual, aprobado por el 62.07% del electorado, que dijo “sí” a “la igualdad”.
El resultado fue recibido con enorme entusiasmo en toda la isla y las coloristas celebraciones se apoderaron de las calles de sus principales ciudades, como Dublín. Miles de personas portando banderas irlandesas y con los colores del arco iris (la enseña gay) se concentraron ayer en la plaza del Castillo de Dublín, donde la Comisión del Referéndum confirmó que el “no” a la propuesta del Gobierno, de coalición entre conservadores y laboristas, obtuvo solo un 37.9% de los votos.
El “sí” permite desde ayer sábado que el matrimonio entre parejas del mismo sexo sea reconocido por el artículo 41 de la Carta Magna, lo que le concederá protección constitucional y le equiparará al matrimonio convencional. Con la aprobación en referéndum Irlanda ha dado un paso más en su proceso de modernización, al tiempo que confirma su alejamiento de la antaño poderosísima Iglesia católica.