El ministro de Defensa de Ucrania, Valeriy Geletey, afirmó ayer que el conflicto en el oriente de Ucrania entre tropas gubernamentales e insurgentes a favor de la independencia se convirtió en una guerra. “Una gran guerra llegó a nuestras puertas, la guerra que Europa no ha visto desde la II Guerra Mundial”, escribió en su página oficial de Facebook.
Geletey acusó a Rusia de iniciar una “invasión a escala total” a Ucrania y anunció el fin de la operación militar del Gobierno. “La operación para liberar al este de Ucrania de los terroristas se acabó. Debemos emprender con urgencia la defensa contra Rusia”, remarcó.
El ministro acusó a Moscú de agravar el conflicto en las regiones de Lugansk y Donetsk y afirmó que Rusia ha amenazado “a través de medios no oficiales” con el uso de “armas nucleares tácticas” contra Ucrania.
Estimó que las víctimas de la guerra podrían ser contadas en miles e incluso decenas de miles de personas y pidió la consolidación de la sociedad ucraniana.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, señaló horas antes que Moscú no intervendrá de manera militar y exhortó a Estados Unidos y a la Unión Europea a ayudar a que Kiev deje de usar armas pesadas. Lavrov expresó la esperanza de que el Grupo de Contacto en Minsk, capital de Bielorrusia, se dedique principalmente a “un cese al fuego inminente e incondicional”.
El conflicto armado ha dejado al menos 2 mil 500 muertos y ha desplazado a miles de personas.
Contrastando con el tono bélico de Geletey, en Minsk los prorrusos suavizaron su demanda de independencia y aseguraron que respetarán la soberanía ucraniana a cambio de autonomía, en un cambio que refleja el deseo de Rusia de concretar un acuerdo en una nueva rueda de conversaciones de paz.
La plataforma negociadora de los insurgentes, difundida al comienzo de la reunión, representa un cambio significativo en su visión, pero no está claro si el diálogo podrá lograr un compromiso en medio de los brutales combates. De hecho, ayer los rebeldes desalojaron a las fuerzas de Kiev de un aeropuerto cerca de Luhansk, tras una serie de progresos militares.
Los 28 miembros de la Alianza Atlántica darán curso en la cumbre de Gales, esta semana, al refuerzo de la presencia militar visible de la OTAN en Europa del Este, indicó ayer el secretario general, Anders Fogh Rasmussen. La OTAN desplegará una “fuerza de reacción extremadamente rápida capaz de desplegarse en un plazo de tiempo muy breve” , indicó. Este nuevo plan, a propósito de la crisis en Ucrania, “garantizará que tengamos las fuerzas correctas con el equipamiento adecuado en el lugar adecuado”, por el tiempo que sea necesario, añadió. El plan podría requerir actualizar las bases aéreas y los puertos.
AFP. BRUSELAS, BÉLGICA