Los comandos especiales kosovares se retiraron ayer de la frontera norte con Serbia, donde se desplegaron el pasado lunes y el martes y en el que murió un policía albanokosovar en violentos enfrentamientos.
“Las fuerzas especiales lograron su objetivo: posibilitar que los agentes de aduanas hicieran su trabajo”, dijo ayer en Pristina el portavoz policial Brahim Sadriju.
Los pasos fronterizos de Brnjak y Jarinje, en el norte del país, son ahora controlados por agentes aduaneros designado por el gobierno de Pristina y apoyado por la misión de la OTAN en Kosovo, la KFOR, según informó el ministro de Interior kosovar, Bajram Rexhepi.
Según explicó Rexhepi al canal KTV, los guardias aduaneros serán trasladados a su lugar de trabajo por helicópteros de la KFOR hasta que la situación se normalice. Tras los incidentes de los últimos días, el gobierno de Serbia pidió ayer al Consejo de Seguridad de la ONU una reunión de urgencia ante la disputa fronteriza con Kosovo. En 2008, Kosovo, en el que los habitantes son hasta en 90% de albaneses étnicos, declaró su independencia de Serbia.
