"Traigo un mensaje de amor de mis compañeros que quedaron cautivos en la selva, un mensaje de esperanza, de fe y de esperanza", dijo la ex congresista Consuelo González, liberada por las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) al aterrizar en su país este lunes.
González, que fue liberada junto a la política Clara Rojas el pasado jueves, habló así porque en sus manos traía las pruebas de vida de ocho secuestrados que permanecen en poder de la guerrilla y que hacen parte del grupo de 45 personas canjeables en un eventual acuerdo humanitario con el Gobierno.
Una veintena de familiares, con camisetas blancas y letras verdes, le dieron la bienvenida a Consuelo, que descendió de un vuelo comercial procedente de Caracas, hacia las ocho de la noche.
Las cartas y las fotografías, que los ocho rehenes enviaron a sus familias, son desgarradoras. La mayoría están enfermos, delgados y encadenados, según se ve en las imágenes.
"Mi papá está bastante acabado", dice María Claudia Géchem, hija del ex senador, Jorge Eduardo Géchem, que fue secuestrado por las FARC en febrero de 2002.
Es la tercera prueba de vida, en seis años, que reciben de Géchem. En seis fotos y cuatro cartas, los hijos de Luis Eduardo Géchem se enteraron que su papá de 56 años, ha sufrido siete pre infartos, está mal de la columna y casi no camina
María Claudia cuenta que su papá les pide que hagan todo lo posible por liberarlo
El ex gobernador Alan Jara, además de fotografías en las que se ve muy demacrado, y cartas en la que describe sus días de cautiverio, le envió a su esposa, Claudia Rugeles, y a su hijo, Alan Felipe Jara, unas cuerdas tejidas por él, que aún conservan la humedad de la selva donde se encuentra preso.
Conmovedora es también la carta del coronel Luis Enrique Mendieta, que ayer fue leída por su hija, Jenny Mendieta, en varios medios de comunicación. Las familias aprovecharon la ocasión para reiterar su llamado a las FARC y al Gobierno de buscar el acuerdo humanitario.

