Los líderes árabes reunidos en una cumbre en Egipto anunciaron ayer la creación de una fuerza militar unificada para afrontar las crecientes amenazas de seguridad que se extienden desde Yemen a Libia, mientras las potencias regionales Arabia Saudí e Irán se enfrentan en guerras sectarias.
Determinar el mecanismo y la logística de la fuerza unificada, una idea planteada por el presidente egipcio Abdel Fatah al Sisi, podría demorar meses. Experimentos anteriores de este estilo no han conseguido producir resultados tangibles en un dividido mundo árabe.
El ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Sameh Shukri, señaló en una rueda de prensa que la fuerza árabe sería voluntaria, lo que significa que ningún país será obligado a participar de ella, y que podría darle flexibilidad a los Estados miembros si surgieran diferencias.
Al menos dos países se han comprometido, agregó.
La fuerza unificada sería supervisada por los jefes de estado mayor de las fuerzas armadas árabes, dijo Al Sisi.
El borrador final de la cumbre llamó a la “coordinación, esfuerzos y pasos para establecer una fuerza árabe unificada” para intervenir en países como Yemen.
La decisión se produjo después de que Arabia Saudí forjó una coalición de 10 países árabes contra los combatientes hutíes que han realizado rápidos avances en Yemen y lanzó ataques militares contra ellos el jueves.
Al Sisi ha llamado en reiteradas ocasiones a una acción concertada árabe y occidental contra lo que ve como una amenaza existencial que plantean grupos radicales en Libia y otros países.

