El presidente de Paraguay, el ex obispo Fernando Lugo, pasó este martes por la primera prueba de filiación impuesta por la justicia tras los escándalos motivados por demandas de paternidad que le hicieron tambalear en el primer año de su Gobierno.
Lugo, de 59 años y que hace dos semanas se realizó la primera quimioterapia contra un cáncer linfático detectado 20 días atrás, se sometió en la residencia presidencial de Mburuvichá Róga a la extracción de sangre ordenada el pasado día 10 por la jueza de la Niñez Ana Ovelar con vistas a hacer pruebas genéticas.
En el mismo acto también fueron tomadas muestras al supuesto hijo de tres años de Lugo, así como a la madre del niño, Hortensia Morán, quien le atribuye una relación íntima durante la pasada campaña electoral, en la época en que militaba en uno de los grupos de izquierda que apoyó la candidatura del ex prelado.
El análisis genético será llevado a cabo por tres laboratorios privados de Asunción y los resultados no se conocerán hasta antes de dos semanas, según fuentes judiciales.
“Con total normalidad se procedió a extraer las muestras de la señora Hortensia Morán, del menor, así como del presidente”, afirmó a los periodistas el abogado del gobernante, Marcos Fariña, a su salida de la vivienda presidencial.
“Creemos en la seriedad, en la responsabilidad y sobre todo en la honestidad de los laboratorios”, expresó, por su parte, Morán, de 40 años y directora de una guardería social en Capiatá, localidad de las afueras de Asunción.

