El maquinista del tren que la semana pasada descarriló en España, dejando 79 muertos, acudió ayer miércoles ante el juez que investiga el siniestro para declarar que poco antes del accidente recibió una llamada del revisor que iba en el mismo convoy.
Desde que el martes se abrieron las cajas negras del tren y se comprobó que el conductor había recibido una llamada en su teléfono corporativo, se especulaba quién había podido ser el autor. Los maquinistas tienen prohibido hablar por el teléfono móvil mientras se encuentra en ruta. Esa llamada podría haber causado el “despiste” que el maquinista aseguró el domingo al juez que sufrió antes del accidente.
En esa primera declaración, el conductor no informó de esa llamada. Francisco José Garzón, de 52 años, se personó ayer voluntariamente ante el juez, acompañado por su abogada, para revelar quién había hecho esa llamada.
El revisor negó hace días, en su declaración ante la policía, haber tenido contacto telefónico o personal con el maquinista.

