Un alto mando de la fiscalía del estado mexicano de Tabasco, que investigaba un reciente atentado contra el jefe de la policía estatal, fue asesinado por sicarios el viernes en medio de una ola de violencia desatada por el narcotráfico.
En tanto, en el norte, tres personas, dos de ellas policías, fueron encontradas asesinadas en el estado de Nuevo León, fronterizo con Estados Unidos. El director de Averiguaciones Previas de la procuraduría de Tabasco, Raúl López, fue acribillado por sicarios que viajaban al menos en dos camionetas que lo persiguieron por calles de Villahermosa, la capital estatal, dijo una fuente oficial.
El comando armado abrió fuego cuando el funcionario bajó de su vehículo, señaló un portavoz del gobierno estatal. Después del ataque hubo un enfrentamiento entre fuerzas federales y sicarios, del que se desconocía si hubo bajas.
El ejército y fuerzas federales permanecen desde hace semanas en Tabasco luego de que aumentaran las ejecuciones, como ha ocurrido en otros estados del país. López era el funcionario encargado de la investigación del atentado en marzo contra el secretario de Seguridad Pública de Tabasco, Francisco Fernández, del que salió únicamente con heridas pero un escolta suyo falleció.
Como parte de las investigaciones del atentado contra Fernández, soldados y militares quitaron las armas a policías locales, además de allanar las instalaciones de la corporación.
Los tres cadáveres encontrados en Nuevo León estaban atados de pies y manos a la vera de una de las principales avenidas del rico municipio de San Pedro, aledaño a Monterrey, la capital estatal.
"Eran dos policías de Santa Catarina (municipio aledaño a Monterrey) que habían cambiado turno anoche y la tercer (a) persona no está identificada", dijo a periodistas el subprocurador estatal, Aldo Fasi.
Los ataques y secuestros, sobre todo contra policías, han aumentado en medio de la ola de violencia vinculada con las drogas, que ha dejado alrededor de mil fallecidos este año frente a los 2 mil de 2006, pese a la mayor ofensiva antidrogas de los últimos años que incluye 25 mil soldados y policías federales.