El jefe del Kremlin, Dmitri Medvedev, volvió a admitir ayer que el sistema político ruso tiene defectos y demandó la implementación de reformas rápidas durante un encuentro con representantes del Consejo de Estado, emitido en directo por la televisión pública.
“Los organismos públicos reaccionan en demasiadas ocasiones de manera primitiva y obstinada ante los cambios en la sociedad. La política debe volverse más flexible, más inteligente y moderna”, exigió Medvedev durante la sesión del consejo en Moscú. Los pasos que den las autoridades deberían producirse “conforme a la diversidad ideológica y cultural de la sociedad”, indicó Medvedev.
Muchos críticos consideran que las promesas de reforma de Medvedev son una declaración de intenciones. Mencionó las elecciones municipales de octubre de 2009 que estuvieron salpicadas por acusaciones de fraude.

