Combatientes vinculados con Al Qaeda tomaron al menos tres aldeas en el noroeste de Siria ayer viernes que estaban en poder de rebeldes respaldados por occidente, y los milicianos continuaban su avance en una zona antes controlada por grupos más moderados.
Los avances recientes del Frente Nusra han puesto de manifiesto la debilidad de los grupos más moderados, que Estados Unidos (EU) espera convertir en una fuerza combatiente efectiva contra el ejército del presidente Bashar Assad.
Los milicianos de Al Qaeda tomaron las tres poblaciones al día siguiente de que un ataque aéreo estadounidense alcanzó uno de sus depósitos de armas más grandes en la provincia de Idlib, en el noroeste del país.
Durante la semana en curso la filial de Al Qaeda ha tomado baluartes que estaban en manos de dos facciones rebeldes armadas y entrenadas por EU, el Frente Revolucionario Sirio y Harakat Hazm.
Los milicianos del Nusra tomaron las aldeas de Safuhan, Fatira y Hazarin y avanzaban sobre otras en Idlib, de acuerdo con un activista local que se dio a conocer con el nombre de Alaa al-Din.
Mientras, los milicianos kurdo sirios no han conseguido por el momento revertir la situación en el enclave de Kobane, en la frontera entre Siria y Turquía, al cumplirse ayer una semana de la llegada de los peshmergas, (fuerzas kurdo iraquíes), para combatir a los yihadistas.
Desde la ciudad kurdo siria, el activista Mustafa Bali explicó por teléfono que el frente de batalla permanece casi inalterado en la parte oriental de la población, por donde los combatientes del grupo radical Estado Islámico lograron irrumpir el 6 de octubre. “Por el este, apenas hay movimiento, aunque las Unidades de Protección del Pueblo [milicias kurdo sirias] y los peshmergas oponen una gran resistencia”, indicó el activista.

