El cadáver exhumado del padre Pío, un santo al que sus fieles atribuyen milagros, atrajo ayer a miles de peregrinos que iban a ver su cuerpo expuesto 40 años después de su muerte.
El padre Pío es uno de los santos más populares de la Iglesia católica, y se dice que durante su vida, el monje presentaba las marcas de la crucifixión.
La economía de San Giovanni Rotondo, un pueblo del sur de Italia, depende exclusivamente del culto al padre Pío, y miles de personas esperaban para ver el cuerpo, exhibido en la cripta del monasterio donde pasó la mayor parte de su vida.
El cuerpo fue exhumado el 3 de marzo y, desde entonces, un equipo de expertos trabaja para conservar y reconstruir el cuerpo.
